Es curioso como a veces, sin la ayuda de padrinos, y solo con el empuje de la suerte, uno puede convertirse en la sorpresa editorial del año. Esto le ha ocurrido a David Monteagudo, un gallego afincado en Cataluña, trabajador en una fábrica de cartones y aficionado a escribir (tiene diez manuscritos sin publicar) que ha visto como una de sus novelas, FIN, era publicada, alabada por los críticos y se vendía como roscos.
Yo me enteré de la existencia de esta novela oyendo la radio donde entrevistaban a Monteagudo. me gustó que fuera tartamudo. Me gustó cómo hablaba de su pasión por escribir y me llamó la atención como ponderaban su trabajo. Esa misma tarde me compré FIN.
FIN es una novela que te engancha desde el principio a pesar de no ser nada convencional, al menos no en apariencia. La historia se centra en un grupo de nueve amigos que se reúnen al cabo de 25 años. La ausencia de uno de sus amigos del pasado (también convocado a la reunión) y los inexplicables acontecimientos que comienzan a sucederse te atrapan desde el principio y no puedes soltar el libro, ansioso por conocer qué misterio detrás de todo ello. Envidias, mentiras, sentimientos ocultos, rivalidades, crisis de pareja, etc son algunos de los temas que toca una novela escrita con una prosa muy ágil, sin artificios, en la que predominan los diálogos.
Lo único que, a mi juicio, desmerece de esta primera novela de Monteagudo es que el final no está a la altura de las expectativas y desilusiona un poco. La apuesta es arriesgada y se agradece que el autor no acabe la novela de una manera convencional, pero sí hubiera estado bien algo más de racionalidad.
Yo me enteré de la existencia de esta novela oyendo la radio donde entrevistaban a Monteagudo. me gustó que fuera tartamudo. Me gustó cómo hablaba de su pasión por escribir y me llamó la atención como ponderaban su trabajo. Esa misma tarde me compré FIN.
FIN es una novela que te engancha desde el principio a pesar de no ser nada convencional, al menos no en apariencia. La historia se centra en un grupo de nueve amigos que se reúnen al cabo de 25 años. La ausencia de uno de sus amigos del pasado (también convocado a la reunión) y los inexplicables acontecimientos que comienzan a sucederse te atrapan desde el principio y no puedes soltar el libro, ansioso por conocer qué misterio detrás de todo ello. Envidias, mentiras, sentimientos ocultos, rivalidades, crisis de pareja, etc son algunos de los temas que toca una novela escrita con una prosa muy ágil, sin artificios, en la que predominan los diálogos.
Lo único que, a mi juicio, desmerece de esta primera novela de Monteagudo es que el final no está a la altura de las expectativas y desilusiona un poco. La apuesta es arriesgada y se agradece que el autor no acabe la novela de una manera convencional, pero sí hubiera estado bien algo más de racionalidad.
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